el árbol de jupiter
Era la tercera o cuarta vez que visitaba aquellos jardines,
su fauna alevosa y cadáveres literarios
plateaba una senda para imaginarios anhelos
tenía mi pecho sangre de lengua indócil
Mi rayado corazón rodaba a los infiernos
mirando tu joven viejo juvenil encanto
desesperado y pequeño latir quiso, quiso tanto
relámpaguear para asustarte, ¡que te deshizo!
Las rejas de aquel jardín eterno sueño
con Júpiter árbol y blancos brazos
temo despertarlo sin carnal ofrenda
solo despierto y vuelvo a imaginarlo.
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