¡ Perdón!. Iré a ultrajar los botones violetas en las rosas
y posicionarme en terramar cuando el mar sea ancho gris de barcos. Si, los
coros nos vigilan
¡Oye! ¡Oye la oración por mis dientes irregulares!.. niña, miel soleada que descansas desnuda en el pasto, entre
ellos saldrá a regocijarse una ancha flor con su bermejo tallo expuesto como
abierta herida, regalo auspicioso para un dios silencioso y traidor, anterior a la culpa.
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